Libro "Crónicas"
Reseña:
Me encontré con la crónica periodística casi por casualidad, una mañana de junio de 1990, cuando de puro curioso me animé a ingresar a un salón distinto al mío donde estudiaba la otra mitad de mi promoción.
Allí estaba ese hombre sencillo y tranquilo, de unos 60 años de edad, tocado con un gorro de heladero, quien sin embargo mantenía embelesada a su juvenil audiencia con sus relatos de la vida real y la promesa de compartir muchos de sus secretos profesionales antes del fin de ciclo. Era Manuel Jesús Orbegozo.
Yo, que pensaba trasladarme a otra especialidad, quedé tan maravillado por esa lección que me cambié de aula, y tras mucho practicar en el estilo, un mes después presenté apenas cinco párrafos sobre un cocinero chino que hacía maravillas con la sartén en una esquina del viejo Mercado Central de Lima. Qué sorpresa la mía cuando los encontré publicados en la penúltima página del suplemento El Dominical, del diario El Comercio del 29 de julio. Fue el inicio de mi carrera de la mano de la crónica, un género periodístico que me sigue apasionando y que me ha permitido disfrutar de muchas alegrías y experiencias.
Como la de publicar esta breve selección de mis primeras notas, tanto en ‘el decano’ como en la desaparecida revista Sí y el diario oficial El Peruano, escritas en otras fechas y bajo otras circunstancias, pero que hoy pueden servir para recordar cómo era nuestro país hace casi 25 años.
Mi gratitud a mi querida Universidad Nacional Mayor de San Marcos estaría incompleta si no hiciera una referencia especial a mi profesor Ricardo Falla Barreda. Fue él quien me enseñó a escribir mi primera nota informativa en una clase que hoy recuerdo con cariño. Gracias a mis maestros sanmarquinos, y también a mis compañeros, a mis colegas, a mis amigos, a otros cronistas que solo conozco por sus escritos. De todos espero haber aprendido un poquito y a ellos les dedico estas mis primeras crónicas.
Lima, abril de 2014.